Abordaje multidisciplinar: clave para la detección precoz y manejo de la fragilidad en personas mayores


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El envejecimiento trae consigo numerosos retos. Uno de los más importantes es la fragilidad como padecimiento que compromete la funcionalidad y la independencia de las personas mayores, afectando significativamente su salud física y mental y, por supuesto, su calidad de vida.

Lo más resaltante es que el número de personas mayores que resulta afectado por el síndrome de fragilidad es elevado, al igual que su prevalencia con la edad, por lo que su detección y tratamiento tempranos son fundamentales.

En este sentido, el abordaje multidisciplinario centrado en la persona se posiciona como una estrategia eficaz que no solo permite identificar síntomas a tiempo, sino que también ayuda a prevenir o retrasar la progresión de la fragilidad, a mejorar la calidad de las personas mayores y a reducir la carga de cuidadores, de familiares y del sistema de salud.

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¿Qué es fragilidad en personas mayores y por qué es importante su detección temprana?

La fragilidad en personas mayores es una condición compleja y multifactorial que implica la disminución de las funciones y reservas fisiológicas del organismo, lo que conlleva un mayor riesgo o vulnerabilidad ante estresores crónicos o agudos como una infección, una enfermedad, una cirugía o incluso un cambio de medicación, teniendo mayores posibilidades de atravesar episodios de salud adversos como caídas, hospitalización, institucionalización e, incluso, la muerte.

No se trata de una discapacidad o de una enfermedad, sino de un estado preclínico que antecede a la discapacidad. Se considera a una persona mayor frágil a aquellas personas mayores en riesgo de deterioro funcional: quienes conservan su independencia, pero tienen probabilidades de perderla debido al riesgo de sufrir accidentes que puedan deteriorar su salud; y también quienes ya presentan un deterioro incipiente o reciente, pero reversible, de sus funcionalidades.

Algunos factores de riesgo son el sedentarismo, la desnutrición, la sarcopenia o pérdida de la masa muscular, el uso simultáneo de múltiples medicamentos o el padecimiento de enfermedades crónicas no controladas. Entre los indicadores que se suelen evaluar para realizar un diagnóstico de fragilidad se encuentran: la velocidad de marcha, la dinámica de ganancia/pérdida de peso, la fuerza de presión manual, el equilibrio, la capacidad para levantarse de una silla y la resistencia.

La detección precoz de la fragilidad es fundamental porque permite implementar intervenciones oportunas para revertir o mitigar sus efectos, evitando que se convierta en una discapacidad o en condiciones adversas graves que puedan limitar las opciones de tratamiento, deteriorar la calidad de vida y empeorar el pronóstico de las personas.

¿Cómo es el abordaje multidisciplinar de la fragilidad y cuáles profesionales intervienen?

El abordaje multidisciplinar de la fragilidad involucra a diferentes profesionales de la salud, quienes trabajan de manera colaborativa para realizar una valoración geriátrica integral de manera individualizada (atención centrada en la persona), con el fin de planificar y llevar a cabo el tratamiento personalizado e idóneo para la persona mayor frágil. 

En este trabajo articulado, la familia también cumple un rol fundamental. Toda esta sinergia de conocimientospermite tener una visión integral de la persona, para abordar no solo los aspectos médicos, sino también los funcionales, psicológicos y sociales que también inciden de manera considerable en la salud de las personas.

Los principales profesionales involucrados en un equipo multidisciplinar para el manejo de la fragilidad son:

  • Médico Geriatra: usualmente es el médico principal del equipo, dado que su especialización se centra en el cuidado de personas mayores. Su experiencia en el tratamiento de síndromes geriátricos le permite valorar el estado funcional, identificar y diagnosticar la fragilidad, evaluar comorbilidades, medicar y elaborar de forma coordinada el plan de atención global.
  • Enfermero/a especialista en Geriatría: se hace cargo de la valoración integral y continua; además de proporcionar educación sanitaria, apoyo y orientación; administrar medicamentos y coordinar los cuidados. Normalmente, tiene una relación cercana con la persona mayor y su familia.
  • Fisioterapeuta: su función es la de diseñar programas de ejercicios personalizados para mejorar la flexibilidad, la marcha, fuerza muscular, el equilibrio, entre otras condiciones físicas.
  • Nutricionista/Dietista: evalúa el estado nutricional y a partir de allí elabora planes de alimentación que cubran sus necesidades alimentarias y que se adapten a su condición física.
  • Terapeuta Ocupacional: mejora la capacidad de la persona mayor para desenvolverse sin inconvenientes en su cotidianidad, y para realizar actividades significativas para su bienestar integral.
  • Psicólogo: evalúa y promueve el bienestar emocional de la persona mayor. Además de orientar y apoyar a lo largo del proceso.
  • Neuropsicólogo: monitoriza la salud cognitiva y pone en práctica estrategias para ejercitar la función cerebral y mantener la autonomía.
  • Trabajador Social: evalúa las condiciones socioeconómicas y facilita el acceso a recursos públicos.

Un concepto muy importante dentro del abordaje integral de la fragilidad es el de envejecimiento activo, en el que la actividad física, la buena alimentación y la actividad cognitiva son elementos esenciales.

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Sistemas de información integrados como herramientas de abordaje multidisciplinar de la fragilidad

El abordaje multidisciplinario de la fragilidad en personas mayores puede enfrentar desafíos. Uno de ellos es la dificultad de comunicación y coordinación que puede existir entre todos los profesionales involucrados en el diseño y ejecución de los planes de atención integral.

Sin embargo, en la actualidad existen sistemas de gestión e información integrados que son implementados en centros de salud y centros de mayores, y que facilitan al máximo esta tarea.

Por ejemplo, en ADD Informática hemos diseñado Resiplus®, una herramienta que no solo facilita la gestión de centros de cuidados, sino que también permite la actualización en tiempo real y personalizada de los expedientes, mejorando la trazabilidad para que todos los miembros del equipo multidisciplinar puedan actualizar y hacer seguimiento día a día del proceso de cada mayor.

Combatir la fragilidad para construir una sociedad más saludable y resiliente frente al envejecimiento

Sin lugar a dudas, el abordaje multidisciplinario es necesario para la prevención, la detección precoz y el manejo adecuado de la fragilidad en personas mayores. Ahora bien, más allá de esto, se trata una respuesta pertinente para construir una sociedad más saludable y resiliente frente al envejecimiento de la población, en la que la calidad de vida, el cuidado y el bienestar de las personas de la tercera edad estén garantizados.

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